Menos dolores de cabeza con el voto electrónico

Escrito por Comunicaciones EVoting / 23 de Septiembre del 2016

En el día a día en la oficina estamos cada vez más atareados, sometidos a exigencias, evaluaciones y plazos. Lo último que nos falta son las tareas extra. Pero ¿qué haces cuando tu jefe te cita a una reunión y te encarga además organizar una sesión de votaciones en las cinco sedes de la institución? Bueno, antes de desesperarte deberías considerar el voto electrónico.

En el día a día en la oficina estamos cada vez más atareados, sometidos a exigencias, evaluaciones y plazos. Lo último que nos falta son las tareas extra. Pero ¿qué haces cuando tu jefe te cita a una reunión y te encarga además organizar una sesión de votaciones en las cinco sedes de la institución? Bueno, antes de desesperarte deberías considerar el voto electrónico.

Marcos Matamala, Director del Sindicato de Supervisores de Minera Meridian, eligió esta opción y le facilitó la logística y organización de todo el proceso: “Antes, para hacer una reforma de estatutos teníamos que hacer 5 votaciones en días distintos, nos tomaba semanas. Con EVoting lo hicimos en 6 horas.”

Las votaciones tradicionales no son tarea fácil

- Cuándo: Solo agendar la fecha es un tremendo dolor de cabeza: horas y horas tratando de encontrar la mejor fecha, tratando de elegir la mejor disponibilidad para los votantes y demás actores. Además, es misión imposible. Ya sabes que nunca estarán todos en el mismo lugar para votar en tu proceso electoral.

- Dónde: Elegir y preparar el lugar es otro “pequeño detalle”. El espacio debe cumplir con requisitos de ubicación cercana, capacidad, implementación, etc. Hay que conseguir las mesas, las sillas, las urnas, etc. Y si hay varias sedes, multiplica todas estas preocupaciones.

- Quién: Sin duda vas a necesitar ayuda. Hay que armar un equipo para que un proceso de votación tradicional funcione. Necesitas “reclutar” miembros voluntarios para que sean vocales de mesa y para que te den una mano en la supervisión y el conteo de los votos. Prepárate para un duro trabajo de convencimiento porque son pocos los que se van a ofrecer. Además, solicitar con anticipación la presencia de un Ministro de Fe para cada punto de votación.

- Cómo: Una vez que tienes más o menos armado el proceso de votación – fecha, lugar, apoyo logístico – empieza la difusión: otro trabajo de convencimiento. Dar a conocer el porqué de las votaciones y explicar las reglas. Además, debes asegurarte que las listas de los votantes estén al día. Es importante asegurarte que la información llegue a cada uno de ellos.

- Con qué: A medida que se acerca la fecha tienes que aumentar la difusión, asegurarte que las urnas estén listas y diseñar e imprimir los boletines de voto, claro, con los costos y las repercusiones ambientales que esto conlleva.

- Para qué: Todo este proceso de coordinación puede llegar a tardar varios meses en un proceso de votación tradicional, dependiendo del número de votantes. Además, después del día del evento en sí, aún hay que contar los votos – una verdadera ceremonia – e informar los resultados.

Todo este proceso es necesario para cada una de las votaciones. Normalmente se deben realizar una por cada Modificación de Estatutos, Elección de Directorio, y muchas más. Es riguroso, pero no le puedes “hacer el quite”. Es la ley. Sin embargo, hay una opción mucho más rápida y sencilla.

El voto electrónico, una herramienta a mano

Generalmente son los propios directivos de la organización los encargados de realizar estos sinuosos procesos de votación, o al menos son ellos los portavoces del mensaje. La parte logística normalmente los hace dejar de lado sus tareas diarias para entregarse completamente a la organización de los procesos de votación.

Si eres una de estas “víctimas” o simplemente el que toma la decisión, nuestro mensaje es simple: elige el voto electrónico. Un sistema de votación por internet simplifica considerablemente la logística y la coordinación de un tal proceso. Piensa: no hay que buscar espacios físicos, olvídate de las mesas y de las urnas, no gastas tiempo extra en el conteo y re-conteo de los votos, no hay que imprimir papeletas y puedes dirigir toda la energía, tranquilamente, en la difusión y el mensaje. De esta forma el proceso se vuelve bastante más simple, tanto para el votante como para la organización. En un proceso fácil, Incluso da gusto usar la tecnología para votar.

Hay que pensar siempre en perspectiva y buscar la mejor estrategia cuando se trata de procesos burocráticos internos. El voto electrónico es aceptado por la Dirección del Trabajo, por lo tanto es una herramienta para ser aprovechada. Elegir el camino más corto hacia el mismo resultado o incluso uno mejor – ya que el voto online logra aumentar considerablemente los porcentajes de participación – tiene que ver con inteligencia y sentido común. Hoy en día ya no se justifican los desgastes de tiempo y energía en las votaciones institucionales, ni por parte de los organizadores, ni por parte de los votantes. El voto electrónico es fácil y rápido, por ende, todos ganan.